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miércoles, 9 de enero de 2013

MUJER MEMORABLE ENERO 2013


Emilia Pardo Bazán: Escritora

(La Coruña, 1851-Madrid, 1921)


Hija de los condes de Pardo Bazán, título que heredó a la muerte de su padre, José Pardo Bazán, y Amalia de la Rúa, quien la estimuló a leer y escribir, se estableció en Madrid en 1869, un año después de contraer matrimonio. Asidua lectora de los clásicos españoles, se interesó también por las novedades literarias extranjeras. Se dio a conocer como escritora con un Estudio crítico de Feijoo (1876), con el que ganó un premio, compitiendo en este certamen con Concepción Arenal.
A la edad de nueve años ya empezaba a mostrar un gran interés por la escritura, dedicando todo el tiempo posible a su verdadera pasión, la lectura.
En 1879 publicó su primera novela, Pascual López, influida por la lectura de Alarcón y de Valera, y todavía al margen de la orientación que su narrativa tomaría en la década siguiente. Con Un viaje de novios (1881) y La tribuna (1882) inició su evolución hacia un matizado naturalismo.
En 1882 comenzó, en la revista La Época, la publicación de una serie de artículos sobre Zola y la novela experimental, reunidos posteriormente en el volumen La cuestión palpitante (1883), que la acreditaron como una de las principales impulsoras del naturalismo en España. En 1884 publicó La ama joven, que trata sobre crisis matrimoniales. Frente a los principios ideológicos y literarios de Zola, Pardo Bazán acentuaba la conexión de la escuela francesa con la tradición realista europea, lo que le permitía acercarse a un ideario más conservador y católico. De su obra ensayística cabe citar, además, La revolución y la novela en Rusia (1887), Polémicas y estudios literarios (1892) y La literatura francesa moderna (1910), en las que se mantiene atenta a las novedades de fines de siglo en Europa.
El método naturalista culmina en Los pazos de Ulloa (1886-1887), su obra maestra, mostrando la decadencia del mundo rural gallego y de la aristocracia, y su continuación La madre naturaleza (1887). Asimismo, Insolación (1889) y Morriña (1889) siguen insertos en la ideología y en la estética naturalista.
Funda y dirige en 1892 la publicación La Biblioteca de la mujer. Asiste a congresos como el Congreso Pedagógico, en donde denuncia la desigualdad educativa entre el hombre y la mujer. Aún consciente del sexismo dentro de los círculos intelectuales, propone a Concepción Arenal a la Real Academia de la Lengua, pero es rechazada; tampoco aceptaría ésta a Gertrudis Gómez de Avellaneda ni a ella (fue rechazada tres veces, en 1889, en 1892 y en 1912), por más que en 1906 llegó a ser la primera mujer en presidir la Sección de literatura del Ateneo de Madrid y la primera en ocupar una cátedra de literaturas neolatinas en la Universidad Central de Madrid.

Fuentes:
- Wikipedia